Un tridente que vale una Liga

Y es que si algo ha demostrado el Barcelona es que tiene pegada. Los de Flick han ganado el título tras 36 jornadas en las que han marcado la friolera de 97 goles, o lo que es lo mismo, marcan 2,69 tantos por encuentro. Es una cifra demoledora si se compara con la de sus perseguidores. El Real Madrid lleva 74, el Villarreal 64, el Atlético 60 y el Athletic 53. Ningún equipo Champions se acerca a la maquinaria construida por Flick y ninguno puede presumir de tener tres futbolistas capaces de generar tanto de cara a la portería rival.

Lewandowski ha sido el jugador que lleva siendo toda la vida, que no es poco, y ha añadido nuevos registros. No solo ha aportado 25 goles y dos asistencias en Liga, sino que ha sido ese futbolista capaz de salir de posición para que otros puedan tirar diagonales y se ha sabido asociar en el juego de posición. Su aportación ha sido capital para el Barça especialmente en los meses más complicados con goles que desatascaron partidos como ante el Valencia y el Athletic nada más comenzar la temporada o en victorias por la mínima como frente al Getafe o el Rayo.

Sus goles son puntos y solo el paso del tiempo parece que vaya a poner freno a una relación con la portería que es inagotable. Este verano cumple 37 años, más del doble de los que tiene Lamine Yamal, y lo hará con 14 años seguidos a sus espaldas con al menos 25 goles entre todas las competiciones.

Quizá sea la gran revelación del fútbol europeo. En verano estaba en la rampa de salida mientras el Barça negociaba por Nico Williams y apenas nueve meses después es uno de los grandes ídolos de la parroquia azulgrana. Raphinha ha dado la vuelta a la situación y lo ha hecho reciclándose en una posición en la que ha acabado siendo letal. Flick le ha situado en la izquierda, con Balde como foco por fuera y con Olmo como foco por dentro. Ahí ha tenido toda la libertad para desarrollar su talento, tirar diagonales e hincharse a meter goles. Hasta 18 ha marcado en esta Liga, una contribución a la que hay que añadir nueve asistencias. Los números hablan por sí solos, pero además hay que añadir el liderazgo que ha sabido sumar a un grupo de futbolistas que está dando sus primeros pasos en la élite.

La pieza que faltaba en el tridente es un Lamine Yamal que ha puesto patas arriba el planeta fútbol. Ya lo hizo en la Eurocopa y ha repetido con una temporada sensacional en la que ha dejado varios 'flashes' en Liga. Marcó en los dos partidos ante el Real Madrid, en el Metropolitano y, cómo no, el día en el que el Barcelona se proclamó campeón. Ha sumado ocho goles y trece asistencias, pero su incidencia va mucho más allá. Ya condiciona a los rivales con sus desequilibrios, su ausencia provoca rompecabezas para Flick y su proyección no tiene techo. Es la joya de la corona y es la primera Liga que gana, ya tiene otra con Xavi, en la que salir en todas las fotos.

Viendo la importancia que ha tenido el tridente, cobra aún mayor relevancia el trabajo que ha realizado Flick para que la ausencia de cualquiera de ellos se note lo menos posible. En el Barça han sumado muchos jugadores en ataque. Dani Olmo ha sido el perfecto escudero con nueve goles y tres asistencias, Ferran Torres ha sido el relevo ideal con diez goles y seis asistencias y Fermín López ha aprovechado cada minuto para reivindicarse con cinco goles y cuatro asistencias. Son la cara B de un campeón con mucho gol.