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El sicario que empujaba un carrito de bebé: el aviso que precedió al doble crimen de Fuengirola

Las víctimas se refugiaron en la Costa después de que intentaran matarlas en Escocia en sendos tiroteos en medio de una guerra entre clanes

Juan Cano

Málaga

Martes, 3 de junio 2025, 00:25

La sentencia a muerte que se ejecutó la noche del pasado sábado en Fuengirola estaba escrita mucho antes. Ross Monaghan, uno de los fallecidos en el tiroteo, se había refugiado en la Costa del Sol tras huir de otro intento de asesinato en Escocia en 2017. Salvó la vida de milagro. Un sicario se disfrazó de padre y, tras empujar un carrito de bebé hasta la puerta del colegio donde Ross acababa de dejar a su hija, le disparó en mitad de la calle. Una bala le alcanzó en un hombro. Estaba avisado.

Por eso el sábado, cuando vio cómo un pistolero oculto bajo una capucha y una braga ejecutaba delante de sus ojos a su amigo Eddie Lyons Jr., saltó como un resorte de la mesa que compartían y corrió hacia el interior del Monaghan, un establecimiento de Fuengirola que lleva su mismo apellido -se desconoce si tiene alguna relación con el mismo- y trató de buscar algún lugar donde esconderse de la muerte. No logró llegar al cuarto de baño. El autor del crimen lo abatió en medio del local mientras los camareros, presa del pánico, se escondían detrás de la barra.

Del historial de las víctimas se ha hecho eco ampliamente la prensa escocesa, que tilda a los dos finados de gángsters pertenecientes a uno de los clanes de Reino Unido en guerra por el control de la droga. Los investigadores locales, con la Udyco-Costa del Sol al frente, conocían perfectamente a los fallecidos -no tuvieron excesivos problemas para identificarlos pese a que no llevaban documentación encima- y también tenían constancia de ese intento de asesinato previo del que Ross venía huyendo, según confirmaron a este periódico fuentes cercanas al caso.

La prensa escocesa ubica el tiroteo de 2017 en Gangland (la traducción literal es tierra de bandas, denominación que ha dado lugar a documentales y series de televisión), aunque realidad ocurrió en Glasgow (Escocia), en la puerta de la escuela primaria St George en Penilee. Ocurrió la mañana del 16 de enero de 2017. La policía confirmó a los medios que el pistolero, que vestía un gorro de lana oscuro y una bufanda enrollada alrededor de la cara, empujaba un cochecito plegable de cuatro ruedas con la finalidad de mezclarse entre los padres. Cuando llegó a la altura de su objetivo, apretó dos veces el gatillo contra Ross, que llevaba un chaleco antibalas. Sólo uno de los proyectiles le alcanzó en un hombro.

Tres días después, la víctima, que para entonces ya estaba considerado un antiguo miembro de una banda, fue vista en el aeropuerto de Glasgow a punto de coger un vuelo con destino a Málaga. Pero su pasado le siguió persiguiendo. Ross Monaghan había sido acusado del asesinato de Kevin «Gerbil» Carroll, miembro del clan rival de los Daniels, con el que los Lyons llevan décadas en guerra. Carrol fue acribillado -le dieron 13 tiros- en el aparcamiento de un supermercado en Robroyston, un barrio de Glasgow, en 2012. Su crimen quedó impune. Al menos para la justicia.

El otro fallecido, Eddie Lyons Jr., también había sido víctima de otro incidente con arma de fuego en el que resultó herido en 2010, precisamente días antes del asesinato de Carroll, según la BBC, que indica que el doble crimen de Fuengirola se ha producido en medio de una serie de asaltos, tiroteos y atentados con bombas incendiarias en Glasgow y Edimburgo desde marzo por los que se han producido más de 30 arrestos. Las autoridades temen que los asesinatos de España tengan réplica y que continúe la espiral violenta en la que se hayan inmersos estos clanes.

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