

Secciones
Servicios
Destacamos
Este Primero de Mayo los sindicatos no salieron a atacar, sino a defender. El lema de las manifestaciones convocadas por CC OO y UGT en ... toda España en la tradicional cita anual del movimiento obrero era «Proteger lo conquistado»: quieren levantar un muro frente a la «ola reaccionaria» que, en su opinión, amenaza con derogar los derechos y avances laborales conquistados en los últimos años: subida del salario mínimo, restricción de contratos temporales, Ley de Igualdad, subida de sueldos de funcionarios y de pensiones... Puede parecer antinatural que los sindicatos, que se definen como fuerzas progresistas, se vuelvan conservadores en el sentido literal de la palabra: que su objetivo sea ahora mantener lo conseguido y no cambiar las cosas. El análisis que parece desprenderse de este cambio de estrategia es que hemos avanzado tanto en condiciones laborales que ya hay poco más que reivindicar; lo importante ahora es evitar los riesgos de involución. Virgencita, que me quede como estoy.
¿Es así en realidad? ¿Hemos alcanzado el nirvana laboral? Parece obvio que no, aunque las cosas hayan mejorado en los últimos años. Me da que, si les hubieran pedido opinión, las propias federaciones provinciales de UGT y CC OO no habrían elegido ese lema de «proteger lo conquistado» en una provincia que sigue teniendo más de 120.000 parados, un sueldo medio que está más de 3.000 euros por debajo de la media nacional y más de un 40% de los asalariados que no llegan a cobrar el equivalente al salario mínimo al cabo de año.
Lo peor no son estos datos: lo peor es que tenemos estos datos en el momento de mayor bonanza económica que ha vivido Málaga y tras una década de extraordinario crecimiento del empleo. Llevamos años liderando el aumento de la ocupación y de la población activa en España. La última Encuesta de Población Activa, publicada esta semana, arroja otros 40.000 empleos creados en el último año móvil en la provincia. Y sin embargo, no hemos sido capaces de reducir el paro por debajo del 10% o de las 100.000 personas: dos barreras que parecemos tener impuestas como una maldición divina.
Me dirán que el paro no baja porque la población activa crece mucho. Y me dirán que este aumento de la población activa es envidiable, pues es un síntoma del dinamismo del mercado laboral malagueño y de nuestro atractivo demográfico: ya quisieran provincias del centro y el norte de España tener nuestro problema. Todo esto es cierto. Pero si se analiza el perfil de esos más de 100.000 parados se hace evidente que el problema no es que se esté incorporando mucha gente al mercado laboral: es que hay muchos de esos desempleados que nunca van a encontrar trabajo. Porque no tienen formación, porque carecen de las habilidades más básicas que exigen las empresas; porque llevan demasiado tiempo fuera del mercado laboral.
Y no hablamos sólo de personas mayores de 50 años: en parados con baja empleabilidad hay miles de jóvenes que no consiguen terminar la ESO y se quedan en tierra de nadie. ¿Cómo es que no se destinan todos los esfuerzos que hagan falta a rescatarles del ostracismo? ¿Es que nadie es consciente del enorme coste económico y social que va a generar a la larga el desempleo juvenil? Sobre todo cuando hay herramientas a la mano: la Escuela de Segunda Oportunidad, por ejemplo, es un modelo pedagógico de probado éxito, que en Málaga sólo tiene 60 plazas y una larga lista de espera. Y qué decir de todos los chavales que cada año se quedan sin plaza en la FP pública. Ahora es el momento perfecto para apostar de verdad por recualificar a todos estos jóvenes, ya que el mercado laboral está en condiciones de absorber mano de obra. ¿Cuándo lo vamos a hacer si no, cuando llegue otra crisis?
Pero claro, ellos no se manifiestan. Muchos ni siquiera votan.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.