Éter, en Madrid: una cocina y una bodega rompedoras

Tuve ocasión este pasado invierno de probar además uno de los menús con los que se iunauguraba el 2025 dedicado casi por completo al mar. Esta primavera el menú ha cambiado para adaptarse a los productos más frescos que van llegando al mercado. La imaginación exuberante a la vez que comedida por la sensatez a la hora de aglutinar sabores y texturas de Mario no deja de sorprender, lo mismo que la bodega de Éter, que huye de referencias comerciales en busca de vinos de culto no siempre fáciles de beber, ni de encontrar en la hostelería.

Todo este conjunto está haciendo de esta casa uno de los restaurantes imprescindibles a la hora de conocer y probar lo que actualmente marca tendencias dentro de la restauración más gastronómica y a unos precios muy comedidos.